lunes, 24 de mayo de 2010

El hada en el cristal, (II)

Un ruido alertó al niño que se puso en tensión espiando la dirección, sin duda era Berta. En efecto, su hermana apareció tras una curva del terreno, pasó a su lado sin percatarse de su presencia y encaminó sus pasos hacia la pared de la cima del montículo cubierta por una alta vegetación. Con asombro Luis vio como apartaba estos y desaparecía.


Espero unos segundos y salió del escondite. Repitió la maniobra de su hermana. Había una cavidad angosta en la roca de no más de un metro de diámetro. Asomó la cabeza con desconfianza, el interior aparecía oscuro pero podía escuchar los pasos de su hermana internándose en la gruta. Se agachó y entró con precaución y casi pierde el equilibrio con la ligera pendiente descendente y las piedras en la entrada. Sospechó que esa entrada se había producido por un derrumbamiento, él había jugado muchas veces por ese lugar y a pesar de estar medio oculto por la vegetación se habría dado cuenta de la existencia de esa cueva. Avanzó despacio, ya no oía las pisadas de su hermana. Unos pasos más allá el suelo se estabilizaba y Luis vio delante una luz que fue iluminando el camino a medida que se acercaba. La gruta también se ensanchaba, el techo era ahora más alto. Levantó la cabeza y comprobó que en muchos sitios colgaban estalactitas. El ruido de piedras lanzadas le apartó de la contemplación del lugar y aligeró el paso en dirección al sonido. Al doblar un recodo la cueva lucia en todo su esplendor, con un espacio de más de 60 o 70 metros cuadrados de forma irregular. La luz entraba a través de un hueco en el techo de varios metros. Desvió la mirada hacia la figura de su hermana que ocupada en escarbar y retirar piedras en un rincón aún no se había percatado de su presencia.
                  . – Berta ¿ Qué haces? – preguntó provocando un sobresalto en la niña que se volvió asustad
                  . – ¿ Cómo has llegado hasta aquí? – dijo a su vez mientras se limpiaba las manos de tierra.
                  . – Te he seguido. Preguntaba de donde venías y no decías nada ¿ Qué haces? ¿ Que es eso?.

Luis fue acercándose despacio, a espaldas de su hermana, medio incrustado en la pared distinguía algo que parecía un inmenso cristal de roca de casi dos metros con colores en su interior.
                  . – Esta bien – dijo Berta – ya que estas aquí podrás echarme una mano pero promete que no contarás a nadie nada de esto.
                  . – Te lo prometo – añadió el crío tratando de acercarse – pero ¿ Que es?.
                  . – No lo sé muy bien, por eso quiero sacarlo de ahí. Creo que lo ha dejado al descubierto un desprendimiento, igual que la entrada de esta cueva. Antes no estaba. Es como un cristal de roca pero creo que hay una figura humana en el interior.
                 . – ¿ Qué dices? ¿ En serio?.

Luis trató de ver el interior limpiando el cristal con la manga pero Berta tiró de él hacia atrás.
                 . – Deja eso ahora. Habrá tiempo. Tenemos que terminar de dejar al descubierto todo el cristal, aún está medio incrustado en la piedra. Cuando esté libre lo veremos mejor.

Luis siguió las indicaciones de su hermana y durante un rato estuvo retirando piedras hasta que hizo un alto y dijo que se le había ocurrido una idea. Trepó sobre el montículo y usando una piedra plana la introdujo en una rendija de la pared sobre el cristal y con otra la golpeó con fuerza varias veces.

Berta ahogó un grito al ver caer a su hermano con la avalancha de piedras que provocó un pequeño desprendimiento. Luis se levantó al tiempo que se sacudía diciendo que se encontraba bien, levantó la vista y señaló con asombro hacia la pared. El cristal había quedado totalmente al descubierto y en efecto una figura humana de mujer se perfilaba a través del cristal ahora que la luz entraba desde varios puntos.

Continuará....

6 comentarios:

Unknown dijo...

super, frumos text, linistitor pentru o zi ca cea de astazi!

Geraldine dijo...

¿ Es el hada quien está en la roca?
Que pregunta más tonta si se llama el hada en el cristal. Me gusta como se va poniendo esto. Me gusta tanto como las historias de Madre Loba que te están quedando divinas.
Un beso enorme.

Anónimo dijo...

compañera.. soy mala para recibir obsequios.. y jamás los encuentro.. disculpa.. no se dónde está.. soy mala en esto.. cariños igual..

mariant iberi dijo...

Cielo, estaba publicando la entrada porque me he liado con algunos enlaces. Ya está publicado
Ornella. Un abrazo

mariant iberi dijo...

Gracias Ionelmuscalu, es gratificante que digan eso de un texto.
Un abrazo

mariant iberi dijo...

Un abrazo Geraldine con todo afecto.

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