jueves, 6 de mayo de 2010

Amor errado ( I )

Sus ojos asustados miraban los movimientos de Miguel intentando comprender. Quería gritar pero ningún sonido salía de su garganta, podía percibir sin dificultad el crujir del barco mecido por las aguas. Su marido iba de un lado para otro mientras su mente dentro de su paralizado cuerpo trataba de asimilar los últimos acontecimientos.


Un rato antes, no sabría decir el tiempo era una feliz recién casada de luna de miel en un barco alquilado y navegando por las islas griegas. Luna llena y una romántica velada culminada con champán y brindis sobre cubierta.
Habían tomado una cena fría comprada en el puerto de una de las islas antes de zarpar. El beso de su recién esposo fue lo último que recordaba. Notó que le fallaban las piernas, que Miguel la sostenía y la depositaba en el suelo. No entendía su expresión ni la forma en que la miraba. Intentó hablar pero fue inútil.

Estaba tendida en cubierta, paralizada, con la espléndida luna allá arriba sobre ella.
Miguel la miraba extrañado, observó sus pupilas moviendo sus manos varias veces sobre sus ojos, tomó el pulso pero algo en sus movimientos no era normal. Algo le había ocurrido pero la cara de su marido parecía más desconcertada que preocupada. Lo lógico era un estado de alarma porque algo le había pasado. Trascurridos unos instantes y concluida la inspección de su estado, su marido sólo realizó un gesto de extrañeza y comenzó a moverse por el barco.
La reacción de Miguel no era la adecuada. Era médico.
No entendía porque no seguía atendiéndola y la dejaba allí. No comprendía su calma ni ese gesto.
Intentó seguir con la mirada sus movimientos pero no podía mover los ojos, sólo mantenerlos fijos en ese cielo estrellado sobre su cabeza.

Oyó el sonido de los motores, Miguel tenía que estar en la cabina, quizá ponía rumbo a puerto para pedir ayuda. Intentó aferrarse a ese pensamiento el tiempo que duró la breve ruta.

Los motores se detuvieron, Miguel llegó hasta ella y paró a su lado con un gesto inexpresivo, cuando la miró la verdad que no quería aceptar encontró eco en su aturdido cerebro. No iba a pedir ayuda. La situación en la que se encontraba había sido provocada por él. Dudó en los pensamientos que venían a su mente. Una última esperanza de equivocarse.

Miguel volvió a inclinarse sobre ella tratando de entender porque el hipnótico que le había puesto en la comida había provocado este raro efecto de mantenerle los ojos abiertos. De nuevo volvió a comprobar las constantes. Todo iba como estaba previsto excepto la apertura de los párpados.
Sus ojos intentaban ahora mostrar todo el terror y el desconcierto que sentía. Y no había duda, él era el causante del estado en que se encontraba.

Enma tenía razón, siempre la tuvo con respecto a él. Desde el principio dijo que se acercaba a ella por su fortuna. Nunca quiso creerla y cuando fijaron la fecha de la boda fue Miguel quien insistió en un acuerdo prematrimonial. Para él era la forma de demostrarle que estaba con ella por amor y no por su dinero.

La prueba de amor de ella fue justo lo contrario. Insistió en casarse en gananciales, con eso demostraba que el hombre que había elegido para compartir el resto de su vida y del que estaba perdidamente enamorada gozaba de todo su amor y confianza.

Había sido embaucada, ahora lo comprendía. Una estrategia para evitar sospechas y eso que su prima Enma también la avisó sobre eso.

Continuará...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

"Sus ojos asustados miraban los movimientos de Miguel intentando comprender".. no se.. porqu me quedé tildada en las palabras citadas con antelación_pero así me ha pasado.. no se si fue el nombre, la rima, el susto o el comprender.. cuestiones agudas en tres líneas.. eso es de grandes.. mujer!.. felicito la tinta que te rodea.. me quedo con las imágenes divagando en mi tintero.. al pié!.. cariños.. compañera..

mariant iberi dijo...

Gracias Ornella, tus palabras son impulso y ánimo para mi.
un abrazo compañera.

Anónimo dijo...

interesante,interesante...espero continuar leyendo, la magia que hoy me presentaste,poeta,es magia,pura magia,grande magia!
un abrazo enorme
lidia-la escriba

mariant iberi dijo...

Muchas gracias Lidia, tu lectura y tu opinión siempre valiosa, un gran abrazo.

Geraldine dijo...

Me encanta lo que he leído hasta ahora, este nuevo cuento promete.

Juana Infante dijo...

Uno nuevo y como siempre me dejas fascinada.
Besos de Davinia

mariant iberi dijo...

Besos y gracias Juana y Geraldine.
Un abrazo

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